Una refinería de vanguardia

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Nuestra historia hoy nos lleva al sur de Texas.

A finales del año 1980, la empresa de energía Valero invitó a la compañía H. B. Zachry a unirse con Saber Energy, Inc., un socio de Valero, para construir una refinería de vanguardia en Corpus Christi. Esta refinería no era solamente la más grande que la empresa había construido, sino también la refinería más grande de aceite residual en los Estados Unidos en ese momento, y una de las pocas refinerías de este tipo en todo el mundo.

La obra abarcaba 250 acres, equivalente a 200 canchas de fútbol americano. La torre de craqueo (que rompe largas cadenas de hidrocarbono haciéndolas más chicas) tenía 285 pies de altura. El trabajo requirió 51,000 yardas cúbicas de concreto; 6,500 toneladas de acero estructural; 655,000 pies de tubería; y más de 3.3 millón pies de cable. La logística fue una pesadilla y el tiempo muy ajustado. Aun así, el proyecto se terminó a tiempo, 24 meses después de la fecha de invitación original, y señaló un paso gigantesco en la construcción de refinerías.

Desde entonces la empresa se ha expandido en muchas otras áreas, pero las refinerías siguen siendo una parte clave del negocio en general.