Como parte de atraer a lo mejor de las personas, la empresa le pone una prioridad alta a la integridad, uno de nuestros siete valores corporativos que se define como “hacer siempre lo correcto, mantener la confidencialidad y el respeto, y tratar a los demás de forma justa”.

Para hacer que esto funcione con un total de casi 20,000 empleados, elegimos no tener un libro masivo de reglas, sino depender de un pequeño número de pólizas. También esperamos que nuestros gerentes manejen, y que no simplemente administren acciones de acuerdo a un conjunto determinado de reglas.

Somos conscientes de que en ocasiones una situación necesita ser revisada para ver si cumple con lo que significa la integridad. El Proceso de Resolución de Disputas (DRP, de acuerdo a sus siglas en inglés) permite que cualquier tema, decisión o acción sea revisada y/o apelada. El proceso también motiva a los supervisores a ponerse en contacto con uno de nuestros coordinadores de cumplimiento para que las medidas previstas puedan considerarse imparcialmente antes de tomar decisiones.

Donde sea posible, alentamos a los empleados a resolver los conflictos en el lugar de trabajo, pero si eso no es posible, ellos saben que deben ponerse en contacto con un coordinador de cumplimiento. El coordinador iniciará una revisión imparcial por un panel de empleados que no trabajan en la misma ubicación que el empleado.

De manera más general, “hacer lo correcto” es un elemento de nuestro carácter y esperamos que defina las relaciones con nuestros clientes, vendedores, socios, proveedores y entre sí.